Queremos mostrar dos historias dignas de contar, pues
hablan de superación, de valor, de esfuerzo, de amor a unos ideales humanos y,
de amor y respeto al lugar donde nacimos y donde vivimos. Una historia de dos
chicas, dos chicas que conocieron las carreras por montañas y que les ha
gustado tanto este mundo que actualmente ha cambiado sus vidas, se sienten
mejor, más felices y más sanas, en definitiva, más vivas.
María Leticia Rodríguez Navarro lleva tres años practicando
el trail running, es chicharrera y está licenciada en biología por la Universidad
de La Laguna (ULL). Comenzó a correr por
la insistencia de su marido (lolo), ya que pensaba que la actividad física le
ayudaría a mejorar su asma y su espalda, aunque la idea a Leti no le gustaba
nada. Sus primeros 500 metros de trail, en la Punta del Hidalgo, fueron muy
duros, ya que se le cerraron los bronquios, asfixiándola y, teniendo que usar
el inhalador, pero a pesar de esto, aquel día fue un punto de inflexión, siendo
el inicio de una mejoría en su salud y un cambio de vida. Tras estas vivencias
y después de haber conocido el mundo del running, Leticia piensa que “gracias
al running veo el mundo y el mundo me ve a mí de otra manera”.
Entrena casi dos horas diarias de lunes a jueves, combinando
gimnasio, cuestas, series, fartlek, etc… Pero son los fines de semana cuando
realmente disfruta, ya que dispone del tiempo suficiente para realizar
distancias largas, coger su mochila y perderse por los fantásticos lugares que
nos brinda la isla de Tenerife.
En
el año 2011 realizó su primera carrera, de 14 kilómetros de distancia en la
Media Maratón de la Matanza, al finalizar recuerda que las agujetas y muchos
más dolores duraron toda una semana, pero aún en estas circunstancias se sentía
feliz, magullada pero contenta, lo más importante fue que esto le ayudó a
superar sus dolencias e incluso saber manejarlas mejor y fue tanto que aumentó
sus sesiones de entrenamiento, comenzando a mejorar y a sentirse, cada vez más
enganchada al trail.
El año 2011 fue de descubrimiento, el 2012 de mejora
personal, llegando a correr 26 pruebas y acumulando unos 500 km competidos, y
es en el presente 2013 cuando está cumpliendo uno de sus muchos deseos, “correr
en las 7 Islas Canarias”, atreviéndose
con los maratones, pruebas que le están yendo muy bien. Ya ha comeptido en la
isla de El Hierro, en la Maratón Isla del Meridiano de 24km, quedando en un
impresionante 3º lugar en la general y 2º en la categoría de veterana, también disputó La Transgrancanaria, en la isla de
Gran Canaria, recorriendo 42 km quedando en el 7º puesto de la general, 2º de veteranas
y 4º de las participantes canarias. Recientemente rodó en la Stratvs Lavatrail,
en la isla de Lanzarote también de 42 km, quedando la primera de las chicas en
la general y 1º veterana. Ahora marcha a la isla de La Palma para correr la
Transvulcania, día que espera con ilusión. La última isla donde Leticia quiere
correr es su isla natal, la que la vio crecer, Tenerife, en el mes de diciembre
en la K42 Anaga Maratón, pero antes tiene planeado ir a la K42 de Francia y el
Maratón Alpino de Madrid.
Su equipo actual es el Club Trecus de La Palma, un club con
más de 15 años de historia y que cuenta con varias disciplinas como el
atletismo, triatlón, duatlón, ciclismo, etc…
Las maratones se han convertido en sus mejores carreras,
donde verdaderamente disfruta, tanto del paisaje como del esfuerzo que requiere
este tipo de pruebas, el cual es muy superior y exigente pero lo ve claramente
recompensando.
Ana Belén Martín, también chicharrera, licenciada en
psicología, lleva 2 años practicando el running.
Su afición al runnnig viene de rebote, ya que comenzó a
acompañar a tres amigas que querían bajar de peso, por lo que corrían juntas,
pero al mes de estar corriendo comenzó a ir sola por las mañanas al circuito de
la Quinta (Sata Úrsula), empezó con 3 vueltas, luego 4, paso a 5, hasta que un
día se dio cuenta que había corrido 30 minutos, lo que la llenó de una inmensa
sensación de alegría.
A los dos meses de estar corriendo, su amiga Yolanda
Sanchez le dio una gran sorpresa, le regaló una inscripción para un trail de
montaña, pero no fue una carrera cualquiera, ni en Tenerife, sino en la isla del
Hierro, el Maratón del Meridiano 2012, de 18 kilómetros, miedo y muchas dudas
afloraron, dudas normales para una persona que solo corría dando vueltas a un
circuito, sin rampas, ni piedras. En el mes y medio que faltaba para el inicio
de la carrera, intentó correr por todas
partes de la Isla de Tenerife, inquieta pues nunca se había propuesto un reto
semejante. El en día de la carrera, se sorprendió, al ver que ella no era la
única que caminaba, en vez de correr, lo que le sorprendió y le relajó mucho más,
pues también le ayudó a relajarse, el ambiente que la rodeó durante toda la
carrera. Finalmente, en su primera carrera, consiguió su primer podio, ya que
quedó 4º de la general (de las chicas) y 3º de su categoría.
Esta experiencia le animó muchísimo, tanto que, siguió
corriendo carreras de Trail como de asfalto,
pero la montaña le llenaba más. Aumentó el kilometraje en las carreras a 21 Km,
su primera media maratón fue la Bluetrail, quedando la 3º de la general (en
chicas).
Su club es el Club Atletas 97, donde le están enseñando, a
entrenar, a escoger las carreras con cabeza, etc… Una gran familia del running.
Este 2013 volvió a la isla del Hierro, 24 kilómetros, donde sufrió como
nunca, con calambres, malestar, pero terminó 1º de la general (de las chicas),
después de esta carrera pensó que ese sería su límite de kilómetros, que no sería
capaz de correr una maratón y menos una ultra, por lo que se propuso su reto
personal de “7 Islas, 7 Trails” , y participó en la Transgrancanaria, 2º
clasificada, realmente 3º, pues se produjo la descalificación de la 1. En la
Gomera se aventuró en la media del Litoral de Hermigua, 2º en la general,
recientemente disputó la Lavatrail, 2º de la general, y ahora la Transvulcania
2013, luego Cost to Cost, en Fuerteventura, y ya se vera que correrá en
Tenerife, de momento sigue con las medias, pero seguramente dé el paso a las
maratones, se enorgullece de las personas que ha conocido y le han ayudado a
poder seguir con esta afición, con esta pasión, con esta forma de vida.
Siempre escuchamos todo tipo de relatos, buenos y malos,
pero pocas veces estos relatos nos motivan, nos enseñan, nos sirven de ejemplo
a seguir. Pues bien, estas dos historias, de dos chicas normales, como
protagonistas reales, nos enseñan muchísimo, y al escucharlas, nos hacen pensar
y ser mejores personas, siendo unos maravillosos ejemplos a seguir.
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